Casi agradezco el tibio alcohol que me adormece el recuerdo, lo malo y caótico de la situación es cuando se va el efecto adormecedor, el efecto casi auto destructivo aparece con ganas de desaparecerte y de comerte viva, la extrañas no hay duda. No hay sentido, no hay punto, ese efecto es tan efímero- “Mierda! Porque estas lejos?!”- lo tuyo no es efímero, para nada. Es como el lunar en mi espalda, como la mancha minúscula en mi pierna, como tu idea de Dios, como la cicatriz en tu mentón. Siempre están. La verdad es que me gusta que estén ahí, me alimenta, me nutre aunque suene masoquista la idea, me llena.
Pero peleamos…es inevitable y siempre he tenido métodos muy convencionales (y a veces poco convencionales) para olvidarme de la situación por lo menos 5 minutos y nunca te los he contado:
Un golpe, a lo que sea! La idea es que el dolor físico te haga olvidar completamente porque andas tan asada y frustrada. Funciona, pero por poco tiempo.
Ducharme, con agua fría para que no me deje pensar bien, me bloquea las ideas y me congela el cerebro también.
Tocar guitarra. Tiene que ser la canción mas desgarradora y corta-venas que se le pueda dedicar a alguien, cantada con gallos, gritos y afinando algunas veces.
Fumar como china (las chinas fuman?) en quiebra. Aunque odies que fume y la única vez que me viste fumar casi te da un ataque y ya me cargabas el ataúd por el cáncer del que me moriré. Creo que es otra forma de auto-destrucción cuando esto pasa.
Visitar a algún amigo(a) que no soportes, al que seguro no he visto hace mucho tiempo, precisamente porque te diste cuenta de que dicha persona tenia sentimientos hacia mi (no recíprocos obviamente) y te da EL ataque de celos (debo confesar y con justa razón, yo también los tendría) pero que al final me vuelvo tan indiferente que termina siendo aburridísima la visita. En el camino de regreso me doy cuenta de que fue tan estúpida nuestra discusión…
Salir a bailar y/o a tomar con unos amigos. Salgo a tratar de “no pensarte” tampoco a agarrarme a cualquier pedazo de carne que encuentre en el camino o emborracharme y terminar en el piso…(nunca tanto), simplemente a distraerme y a olvidarme de que peleamos, que discutimos, que fue mi culpa o tu culpa (eso no importa) que te extraño y que me haces falta. Y en realidad de esto ultimo siempre te enteras y ha pasado tan pocas veces.
–¿Nos perdonamos? – Siempre.
Esa noche de pronto todo volvia a la normalidad, no hubo necesidad de ninguna de las 6 opciones... y a pesar de eso, algunas estuvieron ahi: alcohol, canciones corta-venas y cigarrillos. Lo único que consiguieron esta vez fue recordarme cuanto te extraño, lo lejos que estabas y lo mierda que me sentía sin ti.
escrito por LaDoc.